El asco

Mon

22 de agosto de 2021

Emociones básicas

El asco

A pesar de que es una emoción básica y universal, que todo el mundo la hemos experimentado alguna vez (o varias), es la emoción menos valorada del mundo emocional.

El asco es una sensación de repulsión ante algo desagradable. Por ejemplo: alimentos en mal estado, olores fuertes y desagradables, fluidos corporales, etc.

¿Para qué sirve?

Como todas las emociones básicas, su función es la de la supervivencia. Podemos experimentar esta emoción ante estímulos que pueden ser peligrosos para nosotros/as o para nuestra salud. El olfato y el gusto, son los principales sentidos que nos llevan a experimentar esta emoción.

Un alimento en mal estado podría provocar que enfermemos, la falta de higiene nos pone en alerta ante contagios, los fluidos corporales pueden representar un canal de transmisión de enfermedades, etc. Ahora bien, esta emoción también es modulada culturalmente. Determinados alimentos pueden ser aceptados en una cultura y a la vez, provocar asco y repugnancia, en otra.

Véase el siguiente vídeo de un experimento social.

Sentir asco nos ayuda a mantener rutinas saludables y comportamientos higiénicos, el simple hecho de lavarnos las manos, salva vidas.

¿Cómo se manifiesta?

Ante la sensación del asco, se producen una serie de cambios en nuestro organismo. Se produce tensión muscular y aumenta nuestra respiración.  Nuestro rostro cambia: elevamos las cejas, fruncimos la nariz y el ceño, etc.

A nivel físico podemos sentir molestias gastrointestinales en forma de náuseas o ganas de vomitar.

A nivel psicológico podemos sentir repulsa y la necesidad de huir, nos puede crear ansiedad.

El asco y la fobia están muy relacionadas, la diferencia está en el ingrediente que acompaña a la fobia: el miedo. Podemos sentir asco y no tener una fobia pero no tener una fobia sin que le acompañe el asco. En algunos trastornos obsesivos, como por ejemplo TOC, puede estar muy presente, el asco.

¿Qué podemos hacer cuando el asco se convierte en fobia?

Tanto en las fobias como en los trastornos obsesivos compulsivos, aparecen conductas disruptivas muy limitantes. Cuando esto ocurre, el/la profesional de salud mental puede ayudarnos. Las terapias de exposición y las terapias conductuales, suelen ser los tratamientos más eficaces para superar las fobias.

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