La educación social penitenciaria es una rama específica de la educación social que podríamos vincular tanto al ámbito de la educación especializada como al ámbito de la educación de adultos.
La educación social penitenciaria se trata de un derecho y un principio deontológico que debe buscar el desarrollo de la autonomía de cada persona internada, a pesar de las barreras punitivas.
Como decía Scarfó:
“quien no reciba o haga uso de este derecho pierde la oportunidad de pertenecer a la sociedad, a participar de manera real y constituirse en un ciudadano, que haga uso de sus derechos y cumpla con sus deberes a favor del desarrollo de la sociedad”.
La educación es el instrumento más importante de empoderamiento de las personas. La educación debe fortalecer la capacidad de gestión del propio desarrollo y así interrumpir la propia espiral de exclusión-criminalización-reclusión-exclusión a la que son sometidas las personas que están en prisión.
“… ha llegado el momento en que la sociedad moderna supere la idea de que las prisiones son el destino inevitable al que están abocadas todas las personas que incumplen las normas penales. No es razonable. No es útil. No es realista”. Mercedes Gallizo (Directora General de Instituciones Penitenciarias, en aquél momento)
Otro tema interesante que puedes leer en la Revista de Educación Social (RES)
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