La educación social y la inserción laboral

Educación Adultos

Mon

16 de septiembre de 2020

El desempleo es un tema muy preocupante en España. La realidad laboral es angustiosa para toda la sociedad pero mucho más para los que la sufren en primera persona.

En el mes de julio la tasa de desempleo estaba en un 15,8%, alcanzando los desempleados/as menores de 25 años el 41,7%.

La crisis económica que arrastramos desde el 2008 a la añadida por la emergencia sanitaria que conlleva el coronavirus, está haciendo estragos. 

El sector de desempleados/as menores de 25 años es el más castigado; es donde existe más desajuste entre la oferta y la demanda. Son varias las causas.

La educación es un factor muy importante dentro del desempleo juvenil. Muchos jóvenes abandonan sus estudios  y el nivel de educación (formación) no se adapta al mercado laboral.

La falta de objetivos es otro factor a tener en cuenta. Muchos jóvenes, con formación superior, terminan sus estudios y no tienen claro qué quieren hacer, a qué se quieren dedicar. Muchas veces buscan empleos que no se ajustan a su perfil. Es importante tener claro los objetivos para reunir las capacidades necesarias.

Y las políticas de empleo son insuficientes, no facilitan la contratación de los más jóvenes.

Si metemos todo esto en una coctelera y la agitamos, lo que obtenemos son jóvenes muy desmotivados. 

 

¿Cómo actúa la Educación Social en los casos de Inserción Laboral?

Desde la educación social las tareas van enfocadas a la consecución real de la inserción sociolaboral. Planteando soluciones acordes con la sociedad actual. Como dijo Theodore Roosevelt:

“Con lo que tengas, haz lo que puedas, allí donde estés”

La primera es conocer el perfil del usuario (conocimientos, experiencia, recursos emocionales).

Una vez hemos elaborado el perfil de la persona con la que vamos a trabajar, nuestra labor es orientarle (qué quiere hacer, si necesita mayor formación)

Y por último, acompañarle en la toma de decisiones.

Desde la educación social podemos trabajar con los colectivos más perjudicados en cuanto al desempleo en nuestro país. Para ello el educador y la educadora social deben estar bien formados en este ámbito para saber qué recursos utilizar y cómo ayudar a otras personas a encontrar empleo, facilitándole las competencias afines a su potencial y propósito vital.

Debemos llevar a cabo tareas de coordinación con otros organismos para facilitarles los recursos y que ellos mismos puedan tomar el control de sus vidas.

A través de entrevistas, charlas, talleres, etc., se les enseña a los jóvenes a organizarse y planificarse.

José María Domínguez Cartes, educador social de «Mas Pins», nos habla de la figura del educador y la educadora social como recurso para la reinsercion sociolaboral.

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